Anno Domini 1989–1995 no solo nos recuerda que Sabbath nunca dejó de ser relevante, sino que siempre han sido maestros de la reinvención.
Music Journalist & Editor of Rockum
(Rockum) - Si hay algo que ha definido a Black Sabbath a lo largo de su carrera, es la capacidad de reinventarse y seguir sorprendiendo, incluso cuando las sombras del pasado parecen demasiado grandes para superarlas. Anno Domini 1989–1995, el nuevo boxset de la legendaria banda británica, encapsula una era a menudo infravalorada pero crucial para los fans más acérrimos: los años de Tony Martin al frente. Este lanzamiento no solo celebra la brillantez de ese período, sino que lo eleva a una nueva dimensión con remasterizaciones y una mezcla revisada que dan nueva vida a estos clásicos. La fecha del 31 de mayo de 2024 marcó un antes y un después para los seguidores de esta era.
El Poder Renaciente de la Oscuridad
Este boxset es más que una simple recopilación de discos. Es un recordatorio tangible de que Black Sabbath, aunque ligado eternamente al carismático Ozzy Osbourne, mantuvo la llama del heavy metal viva con Tony Martin en la voz y, por supuesto, Tony Iommi, el arquitecto sonoro indiscutible del grupo. Anno Domini recoge cuatro álbumes esenciales de la era Martin: Headless Cross (1989), Tyr (1990), Cross Purposes (1994) y Forbidden (1995), este último con una nueva y potente remezcla a cargo del mismísimo Iommi. Para muchos, es la primera vez que estas joyas sonoras reciben el tratamiento remasterizado que merecen, brindando una experiencia auditiva renovada.
Un Viaje por las Tinieblas
El viaje empieza con Headless Cross, un álbum que desde su intro instrumental "The Gates of Hell" deja claro que Sabbath aún tenía mucho que ofrecer en los últimos años de los 80. Con canciones como la homónima "Headless Cross" y "When Death Calls", donde Brian May de Queen hace una aparición especial, el álbum destila un oscuro poder que sigue resonando décadas después. La inclusión del tema "Cloak and Dagger", que apareció originalmente como un B-side, añade un toque extra para los coleccionistas y completistas.
Tyr, el segundo disco del boxset, es una obra de arte conceptual que entrelaza la mitología nórdica con los riffs inconfundibles de Iommi. Canciones como "Anno Mundi" y "Valhalla" transportan al oyente a paisajes épicos, y la ausencia de bonus tracks en este disco nos recuerda que a veces, la perfección no necesita añadidos.
Luego tenemos Cross Purposes, un álbum que en su momento fue un renacimiento para la banda, con la vuelta de Geezer Butler en el bajo y la colaboración no acreditada de Eddie Van Halen en la abrasiva "Evil Eye". Esta etapa muestra a Sabbath más melódico y técnico, sin perder ni una pizca de su esencia metálica. La remasterización añade una claridad y profundidad que potencian las texturas sonoras, desde la intensidad de "I Witness", la ecuacion perfecta titulada "The Hand That Rocks the Cradle" hasta la melancolía de "Dying for Love".
Finalmente, Forbidden cierra este viaje sonoro. Mucho se ha dicho de este álbum, a menudo considerado uno de los puntos bajos de la banda. Sin embargo, la remezcla de Iommi y el productor Mike Exeter ha transformado la obra en algo digno de revisitar. Canciones como "Get a Grip" y "Rusty Angels" adquieren una nueva fuerza, mientras que la colaboración de Ice-T en "The Illusion of Power" resalta más que nunca en esta nueva versión. Con la inclusión del bonus track "Loser Gets It All", los fans tienen un motivo adicional para sumergirse en este redescubrimiento.
Un Legado Que Revive
Lo que hace a Anno Domini 1989–1995 tan especial no es solo el impecable trabajo técnico en las remasterizaciones, sino el hecho de que finalmente, esta era de Sabbath recibe el reconocimiento que merece. Tony Martin, con su versatilidad vocal y presencia escénica, fue la pieza clave en mantener a la banda relevante en tiempos de transición. Este boxset no solo celebra su contribución, sino que también destaca la cohesión de la banda durante esos años, con Cozy Powell en la batería (en la mayoría de los discos) y Geoff Nicholls en los teclados, siempre añadiendo capas de oscuridad y dramatismo.
Una Obra Esencial para los Devotos del Metal
Este boxset es más que una colección para fanáticos. Es una reivindicación de una etapa crucial de Black Sabbath, que, aunque a menudo opacada por la omnipresencia de la era de Ozzy Osbourne o Ronnie James Dio, es igual de vital para entender la evolución del heavy metal. Anno Domini 1989–1995 no solo nos recuerda que Sabbath nunca dejó de ser relevante, sino que siempre han sido maestros de la reinvención.
Con la poderosa mezcla y remasterización que Tony Iommi ha supervisado personalmente, este boxset se convierte en un testimonio de la inmortalidad del legado de Sabbath. Si eres fanático de la banda, o simplemente un amante del metal que aprecia las etapas menos exploradas de las leyendas, este es un must en tu colección.
En resumen, Anno Domini 1989–1995 es la reivindicación definitiva del legado de Tony Martin dentro de Black Sabbath, y un recordatorio de que en el reino de la oscuridad, Black Sabbath siempre será el rey.
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