Joshua Perahia: Un virtuoso de la guitarra y pensador libre que nunca comprometió sus valores
Music Journalist & Editor of Rockum
(Rockum) - Hoy despedimos a un pionero, un virtuoso de la guitarra y un luchador indomable: Joshua Perahia. Nacido el 5 de noviembre de 1952, Joshua falleció el 14 de octubre de 2024 a los 71 años, dejando un legado que cambió para siempre el rumbo del rock cristiano e impactó profundamente a generaciones de músicos y fanáticos en todo el mundo. A través de su fe y su pasión por la música, Joshua trazó su propio camino, siempre fiel a sus principios y a su búsqueda de la verdad.
Joshua fue un visionario en la música desde el principio. Antes de que bandas como Stryper, Skillet o Barren Cross irrumpieran en la escena, ya existía JOSHUA, su banda. Con su álbum debut The Hand is Quicker Than the Eye en 1982, el talento de Joshua como guitarrista arrasó en Los Ángeles y Japón, con el sencillo "November is Going Away" convirtiéndose en un éxito rotundo. Incluso fue reconocido por la prestigiosa Kerrang Magazine como "Guitarrista del Año" en 1982.
Pero su virtuosismo no era solo técnico. Joshua poseía algo que muchos buscan pero pocos encuentran: una autenticidad inquebrantable. A diferencia de muchos que sucumben a las presiones de la industria, Joshua nunca se vendió. Era una unidad, no dos caras; un amante de la razón y la verdad, y un pensador libre que nunca comprometió sus valores. En una época en la que muchos optaban por el camino fácil, Joshua siguió su propio sendero, guiado por la fe y la convicción, lo que lo convirtió en una figura verdaderamente única en el mundo del rock y el metal.
En 1988, con Rob Rock uniéndose como vocalista y bajo la producción del legendario Dieter Dierks (conocido por su trabajo con Scorpions), Joshua grabó Intense Defense, que los críticos calificaron como uno de los mejores álbumes de metal melódico de todos los tiempos. Aunque el éxito en Estados Unidos fue esquivo, Joshua y su banda obtuvieron 11 discos de oro en Europa y Asia, tocando ante multitudes de más de 40,000 personas en estadios.
"Surrender", "Something to Say" y otras de sus obras reflejan no solo la maestría musical de Joshua, sino también la profundidad de su mensaje, siempre llevando una voz de esperanza y fe en cada letra que escribió.
Joshua Perahia nos deja no solo una impresionante discografía, sino también una lección de integridad, autenticidad y de mantenerse firme en lo que uno cree. Fue un amante de la verdad, un hombre de fe inquebrantable, y un músico cuya música no solo tocaba los oídos, sino también el alma. Nos deja como un guerrero del metal y un amante de Dios, que nunca abandonó su misión ni traicionó sus principios.
A su familia, amigos y todos quienes lo admiramos, nos queda el consuelo de que su legado sigue vivo en cada nota que tocó, en cada canción que grabó y en cada vida que inspiró. Joshua, te vamos a extrañar profundamente. Que tu espíritu siga brillando y tu música siga sonando por siempre.
Descansa en paz, Joshua Perahia.
